[ultimate_spacer height=»100″]

Cuentos para reflexionar. Cartas no enviadas.

  1. Inicio
  2. Cuentos para reflexionar
  3. Cuentos para reflexionar. Cartas no enviadas.
[ultimate_spacer height=»100″]

Carta 1

Querido amigo en esta carta quiero agradecerte por ser el amigo tan especial que eres. Desde que nuestra amistad empezó tú has sido de gran apoyo para mi. Las horas que pasabamos jugando eran horas de diversión y felicidad. Ya hemos crecido y ahora solo queda el recuerdo de esos tiempos. Pero cada vez que los recuerdo vuelvo a sonreír. Hicimos muchas travesuras juntos. Y ahora que ya somos mayores sigues siendo un  gran amigo. Son muchas las veces que me has ayudado y de diferentes maneras. A veces con un consejo o simplemente con pasar el tiempo juntos tomando algo. Hay mucho que agradecerte. Parece increíble que me ayudaras incluso para tomar el valor para hablarle a la que ahora es mi esposa. Yo era muy tímido, pero tu me hiciste confiar en mí y decedí hablarle. Y mira, ya hace 3 años que estamos casados. Desde que empezó nuestra amistad nos hemos apoyado. Más que un amigo te considero un hermano. Eres y siempre serás el mejor amigo que alguien pueda desear. Espero que mis hijos lleguen a tener un amigo tan valioso como tú. Lo único que lamento es nunca haber escrito esta carta. Ahora que ya no estás entiendo que debí haber escrito esta carta y decirte lo mucho que te valoro. Con tu partida tan repentina y trágica, se queda en mi corazón un gran dolor.

Carta 2

Querida abuelita, gracias por todo el amor que me has dado y por las veces que me aconsejabas cuando acudía a ti despues de pelear con mi madre. Tu sopa sigue siendo la mejor sopa del mundo. Tú cuidabas muy bien de mí cuando mamá no estaba en casa. Me enseñaste de la importancia de ser una persona con valores y principios. Todavía recuerdo algunas de las historias que me contabas de cuando eras joven. También recuerdo la historia que me contabas de mi madre cuando era niña, pero lo que más recuerdo son esos cuentos y fábulas que me contabas cuando me quedaba a dormir en tu casa. Ahora yo acostumbro a contar esos cuentos a mis hijos y me llena de alegría ver cómo ellos se emocionan al final del cuento. Y recuerdo como me emocionaba yo cuando tú me los contabas. Abuelita, quiero pedirte perdón porque a medida que íba creciendo me fui alejando un poco de ti con el pretexto de no tener tiempo por la escuela y después por el trabajo. Tú siempre tuviste tiempo para mi y nunca  dijiste estar muy ocupada. Siempre podía contar contigo cuando necesitaba hablar con alguien. Dios me dio el tesoro de tener la mejor abuelita del mundo. Con tus consejos y el tiempo que me dedicaste influiste mucho en la persona en la que me he convertido. Muchos de los consejos que recibí de ti se los doy a mis hijos y espero que a ellos también les sean tan útiles como a mí. Perdón por nunca haberte escrito esta carta abuelita. Y ahora que nos estás me doy cuenta que dejé pasar muchas oportunidades de pasar más tiempo contigo.

Carta 3

Hijo, llegaste a nuestra vida para darle muchas alegría a nuestros días. Tú madre y yo te esperábamos con mucha impaciencia y amor. Antes de tu llegada haciamos muchos planes de viajes que queriamos hacer contigo. Tú aún no nacías y nosotros ya debatimos sobre en qué escuela sería mejor que estudiaras. Nuestra intención era darte lo mejor para que tuvieras una infancia mejor a la nuestra. Trabajamos duro para que cuando llegaras tuvieras tu propia habitación y todas las comodidades posible , y cuando por fin llegaste nos hiciste las personas mas felices del mundo. Cada dia te dabamos  mucho amor y para cada fiestas te dabamos los mejores regalos, verte sonreír era la mejor parte de nuestros días. Pero con el paso del tiempo el trabajo fue consumiendo más de mi tiempo y empezaba a llegar cada vez cansado a casa. Sin darme cuenta estaba alejándome más de tí. Tú ibas creciendo  y sin darme cuenta yo me estaba perdiendo esos momentos tan especiales. Mi  justificación siempre era que trabaja mucho para darte lo mejor. Irónicamente mientras buscaba darte lo mejor desaprovechaba la oportunidad de pasar tiempo contigo. Cuando dejaste de ser un niño y pasaste a ser un adolecente nuestra relación se fue deteriodado más. Tú eras un poco rebelde y yo no tenía nada de paciencia a tus acciones de rebeldía y siempre te castigaba sin intetar enteder por qué te estabas voviendo rebelde. Ahora entiendo  que esa rebeldía era un grito desesperado para que te pusiera atención y te dedicara tiempo pero yo nunca entendí esas señales. Ahora que lo pienso bien lo que yo veía como gran rebeldía de tu parte en realidad era solo pequeñas travesuras normales en todo niño de tu edad. pero yo no las entendía asi y te castigaba. Tus notas en las escuela no eran las número uno pero eran muy buenas siendo sincero eran mucho mejor que las notas que yo sacaba cuando tenía tu edad. Me sentía muy orgulloso cuando me decían que tus dibujos eran muy bueno. Todos veían en esos dibujos  a un futuro artista . Nunca supe como hacerle para poder volver a tener una buena relación contigo, aunque nunca pude demostrarlo de la mejor manera siempre te ame como desde el primer día que llegaste a nuestra vida. Me arrepiento de no haber pasado más tiempo contigo y de no haber sabido entender que lo único que tu necesitabas y pedías de mí era tiempo. Perdóname hijo por no haber sido el padre que tú te merecias y perdóname también por nunca haberte escrito esta carta. Ahora que ya no estás daría todo lo que tengo, hasta mi propia vida, por poder verte un dáa más ,para darte un abrazo y decirte que siempre te ame ,hijo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Necesita estar de acuerdo con los términos para continuar

Menú